LA DANZA
Es
importante resaltar el hecho de que la danza tiene su origen ya en la
Prehistoria pues desde siempre el hombre ha tenido la necesidad de expresar sus
sentimientos y no sólo a través de la comunicación verbal sino también mediante
lo que sería la comunicación corporal. No obstante, en esos orígenes el ser
humano recurría a la danza como parte fundamental de rituales relacionados con
la fecundidad o la guerra.
La danza
implica la interacción de diversos elementos. El movimiento del cuerpo requiere de un
adecuado manejo del espacio y
de nociones rítmicas. La intención del bailarín es que sus movimientos
acompañen a la música. Por ejemplo: un música de ritmo lento y tranquilo
requiere de pasos de danza pausados y poco estridentes. La expresión corporal
también se apoya en la vestimenta utilizada
durante la danza.
Es
importante tener en cuenta que el predominio del
ritmo o del uso del espacio puede variar de acuerdo a la danza en cuestión.
Otros factores que exceden a la danza en sí, como la mímica y el canto, también
forman parte del baile.
Muchos
son los tipos y géneros de
danza que existen. No obstante, fundamentalmente podemos dividirlos en tres
grandes grupos:
Danzas
tradicionales y folklóricas. En este caso, bajo dicha denominación se
encuentran aquellas que son fruto de la cultura popular de una población y que
se entienden como parte fundamental de su riqueza etnográfica. Entre los mismos
se hallan el flamenco, el tango, la danza árabe o los llamados bailes de salón.
Danzas
clásicas. Desde tiempos inmemoriales hasta nuestros días se practican este tipo de danzas que se identifican por
el hecho de que quienes las llevan a cabo a cabo realizan movimientos ligeros,
armoniosos y perfectamente coordinados. Dentro de esta categoría se incluyen la
danza medieval o el ballet, entre otros.
Danzas
modernas. Los jóvenes son los que practican y desarrollan este tipo de danzas
que, en muchos casos, llevan asociadas una manera de entender la vida e incluso
de vestir. Entre las mismas se encuentran el breakdance, el popping, el funky,
el jumpstyle, el moonwalk o incluso el rock and roll.
Muchos
son los profesionales de la danza que a lo largo de la historia han conseguido
convertirse en auténticos mitos. Entre ellos tendríamos que hablar, por ejemplo,
de Mijail Baryshikov, Rudolf Nureyev, Anna Pavlova o Tamara Rojo.
Se conoce
como coreografía a una estructura
de movimientos predeterminados que se lleva a cabo a la hora de ciertas danzas.
La coreografía indica los pasos a seguir durante el baile: se trata, por lo
tanto, de movimientos que no son espontáneos, sino que obedecen al diseño de un
coreógrafo.
Las
coreografías adquieren mayor relevancia en los espectáculos de danza donde
bailarines profesionales suben a un escenario con la intención de montar una
obra artística. Las danzas rituales o
los bailes informales, en cambio, no suelen seguir ningún tipo de coreografía.
En estos casos, cada bailarín elige con total libertad los pasos a seguir.
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