EL ORIGEN DEL COMIC
Los cómics surgieron,
precedidos de una larga tradición de narrativa iconografica en Europa
y por un exuberante desarrollo de la ilustración, en el seno de la industria
periodística estadounidense, a finales del siglo XIX.
Los cómics nacieron
en Estados Unidos como consecuencia de la rivalidad de dos grandes rotativos de
Nueva York: el World (New York World),
propiedad de Joseph Pulitzer desde 1883, y el Morning Journal,
adquirido por WilliamRandolph Herast en 1895.
En un clima
de intensa competencia comercial, el World creó, en abril de 1893, un
suplemento dominical en color en el que publicaron sus creaciones los
dibujantes del periódico. Entre estos figuro Richard Felton Outcault,
quien desde julio de 1895 dio vida a una serie de abigarradas viñetas, sin
narración secuencial, en las que con intención caricaturesca mostraba estampas
infantiles y colectivas del proletario barrio de Hogan Alley, en
Nueva York. En esta serie, y a través de diversos tanteos, fue tomando cuerpo
un protagonista infantil -calvo, orejudo, de aspecto simiesco y vestido con un
camisón de dormir de color amarillo (coloración adquirida el 16 de febrero de
1896)- que fue bautizado como Yellow Kid (niño amarillo).
Aunque en la serie habían aparecido ocasionalmente globos con locuciones
inscritas, Yellow Kid se expresaba, a través de textos
escritos en su camisa, en un lenguaje crudo y populachero.
Pero al
adquirir Hearst el Morning Journal e iniciar,
en octubre de 1896, la publicación de su suplemento dominical titulado The American Humorist,
arrebató a Outcault a su rival y le hizo que continuara las andanzas
de Yellow Kid en sus paginas, mientras el World proseguía
la publicación del mismo personaje, pero dibujado por Geo B. Luks.
Los cómics primitivos,
siempre de carácter jocoso, iniciados por Rudolph Dirks en el Mourning Journal,
se orientaron fundamentalmente hacia los protagonistas infantiles y sus
travesuras (Kid strips), tendencia en la que destacaron los
revoltosos niños germanoamericanos The Katzenjammer Kids (1897), en el
marco de África tropical.
Con la
duplicidad de Yellow Kid y con este nuevo episodio se
instauró definitivamente en los cómics la supervivencia de los
personajes dibujados más allá de la voluntad, e incluso de la muerte, de sus
creadores originales.
Una ternura
infantil presidió también la creación de Little Tiger (1897),
el tigrecito dibujado por James G. Swinnerton para el Morninga Journal,
que iniciaba la estirpe de animales protagonistas. En el mismo periódicoapareció
, en 1899, el vagabundo Happy Hooligan, obra de FrederickBurr Opper.
El mismo dibujante dio vida a los extravagantes francesesAlphonse and Gaston (1900),
caricatura del refinamiento francés, y a la agresiva mula protagonista de Her name was Maud! (¡Su
nombre era Maud!).
Así empezó a
esbozarse, siempre en forma de caricatura, la tipología del antiheroe asocial,
que tuvo su mejor plasmación en el alto y poco escrupuloso Augustus Mutt (1907),
obra de Bud Fisher, iniciador de las daily-strips (tiras
diarias), personaje que en 1908, encontraría al pequeño Jeff en
un manicomio, con quien se uniría para formar la extraña pareja Mutt and Jeff.
Sin embargo,
en la era de la adolescencia de los cómics, el punto más alto de
utilización de la fantasía, sin inhibiciones industriales, corresponde a la
aportación de Windsor McCay. Este inició la explotación del universo
onírico con la serie Dreams of the Rarebit Fiend,
en la que un personaje que había comido en exceso Welsh Rarebit(tostada
cubierta que queso derretido con cerveza), tenia en cada episodio una
pesadilla, de la que despertaba en la última viñeta.
También tuvo
una orientación presurrealista la originalísima serie protagonizada
por la gata Krazy Kat (1910),
obra de George Herriman, que , a modo antinatural, aparecía enamorada
del ratón Ignatz, pero no era correspondida, y, en cambio, era
amada por el perro-policía Ofissa B. Pupp, a quien ella
no quería.
Este ciclo de
libérrima fantasía creativa, tanto en la elección de personajes y situaciones
como en audacias técnicas y narrativas, entró en declive hacia 1915, debido en
parte a la estandarización y conservadurismo industriales impuestos al género
al ser tutelados los cómics por los Syndicates distribuidores de material dibujado en los periódicos, los
cuales ahorraron así a las empresas periodísticas el mantenimiento de
dibujantes propios, si bien renunciando con ello los rotativos al lujo de la
exclusiva en este campo.
La creación
de los Syndicates supuso un progreso, por cuanto al
desvincular el dibujo de cómics de las redacciones de cada periódico
dio enorme difusión al género, pero también un retroceso tanto por imponer una
estandarización formal y temática, como por la abrumadora influencia ejercida
sobre los autores y sus productos, cuya libertad e independencia artística
quedaron seriamente amenazadas. Consecuencia de la actitud estandarizadora fue
la codificación e implantación de ciertos géneros, como la tira familiar (family strip),
que si bien era de intención satírica, en el fondo era respetuosa con la
institución familiar que criticaba. En este ciclo destacaron: las series de GeorgeMcManus, The Newlyweds (1904),
y Bringing up Father (1913), feliz sátira del inmigrante nuevo
rico; The Gumps(1919), de Sidney Smith; The Thimble Theatre (El
teatro del dedal), 1919, de Elzie Crisler Segar, serie de la que
en 1929, surgiría Popeye.
La existencia
de una amplia capa femenina de lectores de cómics determinó también
el nacimiento de la girl strip, con protagonista
femenina, cuya pionera fue Polly and her Pals,
1912, de Cliff Sterrett (guión y dibujo).
En esta era
de adolescencia de un arte los cómics podían juzgarse en su conjunto
como productos culturales bastante candorosos y con un registro temático
notablemente limitado.
No obstante
se dieron algunos tímidos balbuceos en el campo del cómic de aventuras. En este
apartado cabe señalar el nombre del dibujante Charles W.Kahles, autor de las
aventuras en globo del niño Sandy Highflyer (1903), y del
también infantil Hairbreadth Harry (1906), un
muchacho justiciero. Dando un paso más Harry Hershfield introdujo
en 1910 la estructura serial, con episodios que se continuaban. Sin embargo, el
intento más importante para implantar la narrativa de aventuras en
los cómics provino del dibujante RoyCrane, autor en 1924, de la
serie protagonizada por Wash Tubbs, quien desde 1928 actuaría
acompañado del Captain Easy. En esta serie a pesar de los
rasgos caricaturescos de los rostros ya presentar a un protagonista de baja
estatura, Crane rebasó el esquematismo gráfico de sus predecesores al
introducir el uso del pincel, con masas negras y grises matizados, anunciando
el estilo naturalista que seria propio del cómic de aventuras en la década
siguiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario